Este proyecto surgió de la necesidad de una madre joven fueguina que quería participar de un seminario en una oficina estatal y que tenía que hacer malabares con su bebé para estar con él cuando la necesitara. Asimismo, si lograba dejar a su hijo en casa, no había dónde ella pudiera extraer su leche para su bebé, poniéndola en una situación muy incómoda si tuviera que hacerlo en el baño o frente a todos.
En ese momento me di cuenta de la problemática que enfrentan las mujeres cuando deciden ser madres y quieren seguir trabajando. Este proyecto busca que toda dependencia u oficina de organismos nacionales cuente con espacios de lactancia: cómodos, seguros, bien acondicionados, con la higiene y privacidad necesarias.